Y unos añitos después y con un miembro más en la familia, por fin pudimos repetir sesión familiar. ¡Y qué familia más linda!
A estos días es difícil llamarlos trabajo.
La sesión se alargó hasta qeu cayó el sol, y en medio hubo charla, copas, comida, risas, niños corriendo, hasta chapuzón en la piscina. Su casa es preciosa y el entorno una maravilla, pero lo más especial de este día fueron ellos.